EL CEMENTERIO Y SUS VICTIMAS
Este lugar, era
frecuentado por un grupo de 7 niños, quienes se reunían para visitar
las tumbas de sus seres queridos. Estos, para ingresar se turnaban de uno en
uno, pero el último de ellos se demoro demasiado y esto asusto mucho a los
muchachos quienes decidieron marcharse corriendo.
La madre de este niño estaba muy preocupada y fue a la comisaria,
para dar aviso de la desaparición de su hijo y buscarlo lo antes
posible.
Un mes más tarde, no se sabía nada de David; a pesar de las
investigaciones no hubo ninguna prueba y cerraron el caso. La
madre siguió insistiendo por su cuenta
y encontró el cadáver de su hijo, en una de las tumbas del
cementerio y por la tanto el caso fue nuevamente abierto. Interrogaron a los
muchachos nuevamente, pero al parecer, ninguna respuesta resolvía el
misterio. Rafael, el mejor amigo de David, no soportó ver a la madre tan
desconsolada y con un grito de dolor exclamo:
-¡yo sé toda la verdad, pero temo por mi vida!-
-Cuenta muchacho te lo ruego- Exclamó la madre
desconsolada.
-Mis compañeros y yo, acostumbramos visitar el cementerio pero,
para ingresar a este lo hacemos uno por uno, pues no queremos que nadie nos vea
llorando frente a una tumba, yo ingrese antes que David y le dije que
no demorara pues estaba a punto de amanecer; él se demoro y esto causo gran
pavor al grupo, quien salió corriendo en el mismo instante en que yo me
alistaba para huir; quise prevenir a David, pero este, fue sujetado
por unos enormes y espeluznantes fantasmas, quienes lo metieron en
una bóveda; estos me hicieron señas que guardara silencio pues de lo
contrario, moriría.-
Este sin dejar de llorar, pidió perdón
a la madre de David quien aun no creía lo que estaba escuchando, pero
no tuvo más remedio que aceptar la cruel realidad y marcharse a su casa.
Al día siguiente, Rafael desapareció y su
cuerpo aun ni en las tumbas, se ha encontrado.
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